Hace tiempo me hice con el propósito de ser lo más autentico posible en mi vida y por consiguiente en lo que digo y lo que hago. Eso no quiere decir que sea dueño de la verdad o que trate de convencer a nadie que haga lo que digo o que piense igual que yo, lo que aquí expongo es simplemente mi opinión y visión.
Habiendo hecho la aclaratoria anterior, a continuación comparto con quien desee leer estas letras cuales son algunas de la razones por las que no creo en elecciones en Venezuela, estas son:
1. Para que un voto tenga sentido y sea racionalmente contado, lo primero que necesariamente tiene que haber es una DEMOCRACIA. Desde hace muchos años, más de los que tiene Chávez en poder, Venezuela se dice democrática pero realmente no lo ha sido y mucho menos lo es hoy día. Democracia no es solamente ir a votar, ¡no! Democracia implica muchos mas aspectos, entre ellos: respeto, responsabilidad, libertad, ética, honorabilidad; y , no menos importante, separación de poderes. Lamento decir que ninguno de estos se cumple en Venezuela.
2. Además de los poderes tradicionales de una democracia: Poder Judicial, Poder Legislativo y Poder Ejecutivo; tenemos también el llamado “Poder Electoral” y “Poder Militar” los cuales también están bajo el mando y control de un solo individuo en Venezuela. Entonces, ¿cómo se pueden tener unas elecciones imparciales? ¿cómo se puede ser tan ingenuo en pensar que el resultado sea respetado?
3. Aún con todo lo que ha ocurrido en Venezuela durante estas dos últimas décadas todavía este gobierno posee el apoyo de una parte importante de la población; apoyo éste que en política se considera apoyo “duro”. Lamentablemente esto se debe a la gran paradoja de la democracia en un país altamente ignorante y resentido.
4. El fenómeno de la corrupción donde particularmente la sociedad “educada” que se denomina “anti-chavista” o “ni-ni” pero que justifica sus acciones con la excusa “bueno, estamos aquí y tenemos que sobrevivir ….” “que nos queda ….” “bueno, ustedes se fueron, por lo menos estamos aquí luchando ……” y muchas otras. La realidad es que con cualquier excusa es buena para justificar la inmoralidad de desangrar al país y hundirlo más en la escoria.
5. La oposición infiltrada y deforme, sin un liderazgo claro que sea capas de mostrar un compromiso irrevocable para sacar al país adelante cueste lo que cueste. En su lugar, tenemos un grupo de parceleros que busca su permanencia en el poder o que justifican su mesada legitimando al poder establecido. Esto es hasta de sentido común, o que me expliquen de dónde vienen los recursos para realizar esas campañas que efectúan que no son precisamente austeras.
6. La extrema anarquía en la que el país está sumergido. Anarquía en la actuación diaria de la población, no importa al estrato que pertenezca; anarquía jurídica donde tanto los actores como un sin número de leyes absurdas se combinan en esta locura. Esta anarquía extrema representa una barricada insuperable para cualquiera que trate por la vía democrática tradicional resolver semejante caos. Todos lo sabemos, a esta altura no cabría otra cosa que una larga transición de carácter muy fuerte; probablemente al margen de una verdadera democracia.
Por mi parte, me niego a continuar la legitimación periódica y casi rutinaria de uno de los gobiernos, si no el más, forajido, sanguinario y corrupto que existe en las faz de la tierra.
Basta de ingenuidades y de ilusiones de caricatura, la realidad que presenta Venezuela requiere de una seria, dura y costosa profilaxis de la sociedad y sus principios morales y éticos. Todos lo sabemos, pero muy pocos lo aceptan como una realidad por lo que prefieren abrigarse en falsas esperanzas que mas temprano que tarde desembocan en una gran desilusión y frustración. Y así con esa debilidad de espíritu remanente la bota del déspota se vuelve a poner sobre la mayoría. ¡Es así! Y lamento decirlo.
Como dice el mismo fulano, “el que tenga ojos que vea y el que tenga oídos que oiga”
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